lunes, 29 de agosto de 2016

Una isla llamada...


Coñazo. 

Eso es lo que he sentido al leerme este libro que tanto ansiaba, que me iba a dar la vida y que con él volvería a ser una fan de la escritura de Elisabet. Ilusa de mi...


¡Siiii! Un libro potable al fiiiiin!


Cuando leí a esta chica por primera vez, pensé que era maravillosa, un gran talento acabado de nacer. Fresca, divertida, humor inteligente, diálogos dinámicos, tramas intensas y bien estructuradas. Unos personajes perfectamente creados, pensados y sintonizados entre los protagonistas y los co-protagonistas, estos últimos para mí, han sido siempre su fuerte. Estoy hablando de la saga 'En los zapatos de Valeria', cuatro libros que debería leer todo el mundo. 


Cuando leí la segunda bilogía, 'El universo de Silvia' ya acabé de flipar lo más grande. No he llorado tanto en mi vida. ¡Que pedazo de historia! ¡Qué maravilla! Superó mis expectativas mil por millones, ¡que genia! ''¡Puta genia!'' Pensé. Libros que por supuesto también recomiendo. 



¡Ay que pena cuando los terminé!



Pero como todo idílio fan/ídolo -sí, algunas sabemos ver las cosas cuando no están bien hechas y somos objetivas- mi historia de amor con ella, se fue al traste. Como una ola, su amor llegó a mi vida y como una ola se fue a la mierda, tal cual. 

Hará casi dos años, creo, que publicó una trilogía que no pude siquiera acabar de leer, primero porque ya sabía el final. Y segundo porque me pareció la cosa más surrealista del mundo. Si bien es cierto que parecía innovadora, (una pareja de tres, ahí es nada) leyendo descubrí que era un relato porno de una chica a la que le gustaba mucho el sexo y divagar entre dos tíos buenos. Uno de ellos, el cabron. El otro, el buenazo. ¿Adivináis con quien se queda? Bingo. Malotes power. Y tercero por el gilipollismo cibernético de los "pornositos". No los recomiendo, next. 



Si, cariño. Osos haciendo posturitas. De traca. 



A los pocos meses ya se anunciaba a bombo y platillo una nueva entrega, nos traía a su hija Martina. Pensé, venga va, vamos a ello. Masoquismo del fan, le llaman..... Y bueno. No sé como describir eso que leí. El principio me pareció un poco copia de Valeria, chica que tiene una relación que no le llena, pero que sigue y tal.- y digo poco copia porque los matices son distintos-. Martina la insulsa que de golpe se pilla por su jefe, el chef  Pablo. Un tío que vive por y para las emociones, y una tía aburrida hasta decir basta que huye de ellas. Así, súper creíble todo. A Pablo le tenía un asco que no podía con él y a Martina le acabé pillando una manía que casi quemo el libro. Un montón de paja, y paja y paja dando vueltas a lo mismo, ella que quiere sentir y no hay forma, y el otro que es lo más raro que he visto en mi vida.  Y sexo y sexo. Martina no será muy del te quiero, pero no veas si follaban. Luego que si un  embarazo de por medio, una cosa mu' rara. Un final abrupto del primer libro, nada creíble y un segundo libro que se lo podría haber ahorrado, la verdad. Salvaron los libros los secundarios, ahora no recuerdo el nombre de la pareja que si dio sentido al libro, pero vamos, una de las que vivía con ella que era enfermera y el chico con el que se las trae todo el libro. Y ya, que me enrollo y no voy al que me interesa. 


¿Cómo?


Mi Isla, Maggie y Alejandro. Me emocioné cuando leí que esta historia la tenía escrita casi al tiempo de Valeria. Ya me imaginaba otra historia épica. De esas que lees y relees sin descanso. De esas que te llegan a la patata. Pues no. Siento decirlo así, bueno no lo siento, ¡qué coño! Es otro mojón. Y aquí va lo que YO opino. Me he leído el libro dos veces, para poder hacer un análisis más crítico. Que luego me dais pal' pelo. 


¡Arwen! ¡Ayúdame! ¿Can you hear me, darling? ¡S.O.S!


Vamos a empezar por decir las cosas positivas; para que no os tiréis encima de mi nada más empezar. 

-Los secundarios vuelven a ser una maravilla pura y absoluta. Su hermano Andrés, que me parece un cachondo y muy asertivo. Su amiga Irene, que es ingenio puro a la hora de hablar y me encantó. Y por favor, LA SEÑORA MERCEDES ES LO PUTO MÁS. Voy a crear hasta un hashtag #PonUnaMercedesEnTuVida. Es oro puro. 

-La manera que tiene de narrar la historia. Un diez. Aquello de explicar lo que pasó, pero que se nota que lo hace en el momento. Frases tipo 'Nunca lo supe ver' que te hacen estar un poco en vilo toda la historia. 

Y ya está. He aquí lo único positivo que he encontrado.



¡Hasta luego MariCarmen!


Empezamos con las cosas chungas, que sino me aburro. 

-Alejandro=Víctor. 'Moreno, alto, guapo, muy guapo, BOQUITA DE BIZCOCHO. ¡Muajaja! ¿En serio? 
Tienen prácticamente la misma personalidad y el mismo matiz. Los dos no quieren enamorarse, pero conocen a las protagonistas (Valeria y Maggie) y se convierten en amor. -Para mi, los problemas mentales y paranoias varias en ambos casos han sido de las chicas- Aguantan estoicamente todo lo que se les viene encima, y sueltan frases que derriten cualquier corazón de hielo. No he visto muchas diferencias entre uno y otro.


-Maggie no es Valeria (menos mal porque sino me mato). Maggie lo que es... es.... Magdalena es insoportable. Es una chica que se retira cual ermitaña a una isla. Hasta ahí la cosa está curiosa porque no sabemos porque está ahí y demás... Pero cuando lo cuenta, se sincera con Alejandro y tu te quedas... '¿esto va en serio?' Maggie empieza a ser una idiota. Que sí, que es necesario que su personaje evolucione a mal para dar un poco más de trama, pero ¡madre mía! ¡madre mía!. #TasPasaoTía

Elisabet empieza a tener el "síndrome Valenti". Es decir, marcas y más marcas. De ropa, de muebles, de electrodomésticos...¿necesario? Para nada. El libro por un momento se convierte en la sección de moda de Cuore y es horrible. Luego un pensamiento en bucle una y otra vez, nada nuevo, muy plano todo. Magdalena se convierte en el peor personaje de todos. Para cuando ya le tienes una manía que no puedes con ella y quieres dejar el libro, lo "arregla" poniendo una enfermedad de por medio. Por aquello de jugar con la lástima y entender algo de lo que pasa. 

Como nota personal diré que no sé si ha hecho un trabajo de campo acerca de la enfermedad que aparece en el libro, si ha tirado de Wikipedia o qué, pero os aseguro que si habéis vivido con alguien así, y lo habéis tenido alrededor, no hace falta que os diga más. Y si no lo habéis hecho, no es todo tan maravilloso como lo pinta al final. ¡No way!


Y lo dice Nicky, ¿eh? No lo digo yo.


-Y ahí es donde quiero llegar. El final El final es lo más chungo y malo que he leído en mi vida. Después de taaaaaaaanto bucle, tanto pensamiento, tanto desastre y drama... El amor triunfa en una frase; 'Vengo para quedarme' ¡Olé tus cojones, chata! ¡Venga ya hombre! Un poco más de esmero, que esta guay que sea felices para siempre, pero joder... ¿algo más intenso? Una carta, una aparición estelar y ala. A tomar por culo el libro. 

Y el epílogo de tres páginas es como para quemar el libro en la hoguera de San Juan. No es real. No puede ser que una persona que tenga eso, haga lo que acaba haciendo Maggie. Todo lo que pasa en el libro, las comidas de olla que te comes, el sin sentido de pensamientos repetidos capítulo tras capítulo....#tolrrato .... Se soluciona en un pis pás, vida idílica. 

Y yo me he querido morir. 


Super fuck, baby





Lo siento, ha sido un fiasco en toda regla. 
Me muero de la pena, pero no sé si leeré más de ella. 
Prefiero quedarme con el buen recuerdo de Valeria y Silvia. 
Aquello si que fue la hostia en vinagre. 
Otra de muchas grandes escritoras, que bajo mi punto de vista, van en declive. 
¿Por qué zeñó? ¿Por qué? 
Para novelas de cacuna ya tenemos a toda esta horda de "escritoras" que escriben novelas pésimas y que se palmean las unas a las otras. 
Tu no, joder. Tu no. 
¡VUELVE, ELISABET! 


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