martes, 17 de febrero de 2015

Clàudia esta viviendo. Capítulo 4.

1.       Los problemas nunca vienen solos.


Siguió pasando el tiempo. Pol y yo seguíamos y seguíamos en nuestra tónica de llamadas infinitas al menos una vez a la semana, y señales de vida unas cuatro o cinco. A veces más, otras menos. Y es que conoció a una chica a través de una red social, con ello no quiero decir que me dejara de lado, porque nuestra relación no funciona así, pero sí que es cierto que las dos primeras semanas de conocerla pues digamos que hablábamos menos, y cuando hablábamos era de ella. No me molestaba, reconozco que me asusté, pero desde el primer momento yo veía en los mensajes de ella, que aquello no iba a durar en exceso.

-Pobre Pol, otra que le dará calabazas.

-¿Qué le ha pasado?

-Aún nada, Andrea. Pero le pasará, está conociendo a una tía un poco extraña. No para de darle largas y excusas malas tipo, “ahora es mi momento de sofá y paso del teléfono”

-¡Ja! ¿Y qué parte de esa directa no entiende tu amigo?

-¿Dejaréis alguna vez de usar ese tono con la palabra amigo cuando os refiráis a Pol?

-Contesta.

-Pues no la entiende, porque dice que luego ella no para de escribirle por las redes sociales y por mensajes todo el día. Digamos que es a la hora de hablar por teléfono o quedar cuando se tira atrás.

-Las hay que tienen suerte.- le dio un trago a la cerveza y siguió arreglándose las manos, algo que Andrea hace tres veces a la semana, es una especie de manía obsesiva compulsiva que tiene. Igual que quitar puntos negros ajenos, es muy fan.- Ella se porta como una zorra, porque imagino que estará buenísima y claro se lo puede permitir, como siempre, y allí tenemos a Pol esperando. Le da alpiste de vez en cuando y ahí lo mantiene. Deberías aprender de todas ellas, le gustan así.

-Pero es que primero yo no quiero gustarle.- bueno una pequeña parte se emociono al pensar que eso fuera posible- y segundo yo no soy así. No me voy a sentir más mujer por tener a un hombre detrás babeando. Es ridículo y muy rastrero.

-Eres buena tía, y eso no gusta. Pero ni a Pol ni a nadie. Lo que pasa que como estás tan jodidamente mal de la cabeza, la gente confunde términos. Clàudia, en serio, deja de ser su colega, te hace daño.

-¡Que no! Siempre hemos hablado de ello con Pol, es nuestra base casi. Y siempre te lo he comentado, no sé que ha cambiado…

-Ya, pero es que ahora ya empiezas a sufrir por sus desamores.

-No, es que me sabe mal. Es buen tío, de verdad.- Me acabé mi cerveza y fui a por otras dos.

-No lo dudo, pero es que te vas a acabar quemando.- mientras le dejaba la cerveza en la mesa, Andrea me cogió de la mano.- Déjalo ya, céntrate con uno que puedas ver cada día y ábreme la lata, que no puedo.

-No me gusta ninguno y sabes que no estoy ahora por hombres. No los necesito. No me mires así, no es por él. Es un amigo, de verdad. Yo al final me pego un tiro con vosotras.- me arrodillé como rezando alzando los brazos al aire.

-Tú no estás bien de la cabeza. Pero bueno, tranquila que yo te quiero igual.

-Bueno cuéntame. ¿Qué te han dicho los médicos?

-Nada nuevo, sigue siendo un virus o puede que nervios, que me relaje. Así que aquí me tienes en casa sin hacer el huevo. Haciendo caso de los médicos.

Y así pasamos la tarde, hablando, riendo y en fin, sin hacer el huevo.

Una vez más hablar con cualquiera de mis amigas me hacía pensar. ¿Me estaba molestando que me contara sus conquistas? No, probablemente es que me estaba cabreando que fuera tan tonto y tan superficial, cuando yo sabía y sé que él no es así. Y encima permitiendo que lo tratasen como si no fuera un chico suficientemente válido para ellas. ¿Perdona? Lo que pasa es que eran todas unas crías más preocupadas porque las llamen guapas en las redes sociales que en la vida. No distinguirían a un hombre en su vida. Y es que es eso, Pol es un hombre. E igual forma que pasa con los hombres que huyen del compromiso, también están las féminas que salen por patas. Es así. Por eso no podía entender porque se iba con ellas, ¿sólo por el físico? Lo dudo, Pol sin conversación se muere.

-¿Ves? Otra vez lo ha vuelto a hacer.

-A ver, que te pasa ahora, dramas.

-Olivia, que no me contesta en todo el día y ahora me mata a me gustas en todas mis publicaciones, tanto de Facebook como de Instagram.

-¿Y de qué te extrañas? Llevas así como un mes. Habéis quedado una vez y bueno, como si fuera la visita al médico porque ha de estudiar…

-Es cierto, pero yo que sé hace esto y me descoloca.

-Bueno, o eso es lo que te quiere contar, Pol. No me creo que se pase el santo día sin salir de casa, eso no lo hace ninguna persona que sea mínimamente normal. Que no coja el teléfono en la hora del sofá, jajajajaja ¿qué clase de excusa es esa? Que no hable nunca por teléfono, por favor. Es ridículo.

-Vaaaaya, amiga sí que tenías cositas guardadas dentro.

-Es que me sabe mal ver que eres tonto. Te creía un ser inteligente.

-JAJAJAJAJA, oye no te pases.

-Es verdad, Pol.- y me acuerdo que me dejé llevar por la euforia del momento- Sí, Olivia es monísima, estudia una carrera súper complicada porque se las quiere dar de inteligente. Se pasa el día en las redes sociales pero es incapaz de contestarte, y si la llamas te salta con que ya estáis hablando por mensajes. Pinta bien, si…

-O sea que…

-¡Dilo tú, joder! A mí me sabe muy mal, parece que trate de tumbarte todas tus relaciones, pero es que llevas una racha…

-No, sé que no es así. – no sabes una mierda, querido

-Pues que la mandes a la mierda, Pol. No merece la pena que malgastes más tiempo en ella, ella no quiere gastarlo en ti. Haz tú lo mismo. Además, cuanto más la ignores más te irá detrás.

-¿Seguro?

-Mírate a ti y dime si no funciona…

-Eres mala, pero tienes razón.- y una vez más estaba seguro que estaba sonriendo mientras lo decía. Y va a sonar a cursi, pero cada vez que pienso que lo pude ayudar en algo, sonrío como una idiota.

-Siempre la tengo. 

 Y colgamos. Casi una hora de conversación nocturna. Nunca había tenido un amigo así, vía telefónica me refiero, así que entendí que era lo normal. Yo me pasaba y me paso el santo día en contacto con los míos, así que bueno, al no verlo las llamadas eran más largas. A veces me imaginaba tomándome una cerveza con él, o yendo a cenar y de fiesta, hablando de todas las cosas de las que lo hacíamos y seguimos haciendo. Y allí empecé a pensar que quizás si estuviéramos más cerca….

Y de igual forma que el pensamiento vino, se fue con los días. No sé de dónde logré sacar esta capacidad de no pensar en él más de la cuenta. Suri me decía que quizás como pensaba ya tanto en él no me daba cuenta, y la verdad creo que tenía razón. Es como eso que dicen que te acostumbras a que tu pareja ronque y ya no la oigas, pues eso. Supongo que fue una especie de instinto de supervivencia de mi cuerpo. Pero la realidad era también que Andrea estaba realmente jodida.

De aquel virus que nos dijeron, paso a una posible enfermedad degenerativa. Una bastante seria. Y la verdad que me va a costar escribir esto, pero la historia de mi amiga merece ser contada. Merece que todos sepáis que es la puta ama, aunque yo ya esté llorando al recordar. Fueron semanas duras. Semanas que se tenía que meter veneno en el cuerpo, punciones lumbares por aquí, pruebas nuevas por allá y un mareo de médicos que se hizo muy jodido para todos. Pero sobre todo para ella. Recuerdo cuando lo único que quería saber era que cojones le pasaba, porque era tan difícil averiguar que tenía y sobre todo por no poder volver a su vida normal.

Andrea no sabe estarse quieta, le es imposible. Desde que la conozco ha trabajado y estudiado, es un culo inquieto, aunque le pasa como a mí; como le pillen días de marmota, se funde en el sofá, en el pijama más hortera del mundo y a esperar hasta el día que te das asco en el espejo. Y no lloraba. Y eso me tenía muerta en vida. ¿Ni si quiera iba a llorar ahora?
Como seguía de  vacaciones de temporada baja, prácticamente vivía en su casa, y la verdad que era para admirarla. Siempre estaba de buen humor y eso que las cosas iban de mal, en peor, anímicamente hablando. Pero es que en el transcurso de estos días horribles, Andrea recibió otro mazazo, por si con lo que se le había venido encima no tuviera suficiente. Anteriormente a esto, éramos un grupo de seis chicas. Bien, dos de ellas se aliaron y como tienen una vida de mierda, forzada y están asqueadas, la liaron. La dejaron sola, anteponiendo una boda y los marcos de una puta casa. Mira por donde, esta ultima que se las daba de Isabel Preysler barata, se ha quedado sin marido, sin casa y sin amigas. En menos de un año. La otra, en fin. Tiene un marido que es un calzonazos. Y ella es el diablo reencarnado. Eran y son unas amigas de mierda.

Andrea, Suri y yo, nos apartamos. Ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Yo soy de las que cree que hay momentos en la vida en los que una se ha de posicionar. Hay cosas que son… en fin, demasiado trascendentales como para pasarlas por alto y en ese momento es cuando has de decidir un camino u otro. Elegir no fue nada difícil. De hecho la primera con la que cargaron fue conmigo y decidí ir a por todas, ¿ellas cabreadas? Pues nada, pasen y vean que os voy a comentar cuatro cositas. ¿Cómo se puede ser tan mala persona y tener tan mal fondo? De golpe Andrea, la persona que cada una de ellas consideraba su más mejor amiga, paso a ser Satanás. Bueno no, resulta que pasó a ser una egoísta, y que ya llevaban tiempos cansadas de esa actitud. Y tómatelo como quieras, cada cuatro u ocho horas y como soy una perra judía te lo digo en el peor momento de tu vida.

Pues a la mierda que se fueron, pero claro, si para mí o Suri fue, a pesar de todo, un golpe duro, imaginaros como estaba ella. Ella que siempre estaba allí para ellas y sus gilipolleces. A ella, es que lo pienso y me sigue pareciendo surrealista.

-No tía, en el fondo algo de razón tienen.

-Tía, tanta pastilla y cortisona y mierdas te dan a la cabeza directa. ¿Qué coño dices?

-Pues que si es verdad que muchas veces soy muy pasota.

-¡Ay, no…

-Déjame acabar. Muchas veces te pasa hasta a ti, me mandas ya el ¿nos hemos divorciado? Y pienso que soy lo peor.

-Lo que vas es de culo. Y para decir una tontería pues como que no tienes tiempo, ni ganas.

-No es excusa.

-Claro que lo es, no estarás para las tonterías del día al día últimamente, no te lo voy a negar, pero es que tienes mucho más trabajo que antes, apenas ves al pobre Jordi y encima, la perra. Andrea si se te llama para lo de verdad, estás. Es así. Así que no me toques más la moral. Hazme el favor.

-Ves, pero no lo niegas.

-Es que no es una falta grave, Andrea. A mí no me molesta, a Suri tampoco. A tus chicos, menos. Yo creo que lo que te pasa es que echas de menos el contacto de tonterías diarias, y estas dos te han hecho dudar. Justamente ellas, que no están ni para lo bueno ni para lo malo, ni para nada. ¿Estamos?

-Supongo que tienes razón.

Y la abracé, no somos mucho de efusividad, pero somos hermanas. Y creo que la necesitaba tanto ella a mí como yo a ella.

A la tarde apareció Suri. Y Andrea nos plantó un vídeo-documental sobre la que tenía todas las papeletas de ser lo que le pasaba. La esclerosis múltiple. Creo que no se me olvidará ese momento en la vida. Jamás. No podía ni moverme, me estaba rompiendo por momentos y a ella se la veía tan… ¿entera? Dios, a Suri ni la vi, pero estaba igual que yo seguro. Más ella, que si yo soy sensible, ella es algo fuera de lo normal. Andrea decidió a pesar que los médicos decían que no lo hiciera, seguir una investigación de sus síntomas y de lo que le decían los médicos, que no aseguraban… pero se curaban en salud. A los pocos días lloró. La incertidumbre la acabó por derrumbar.

Pero yo sabía que las cosas malas no pueden pasar a personas buenas. Y le tuvieron que repetir la punción medular. Y cuando por fin le entregaron el resultado, vieron que la médula ya no estaba inflamada, que había sido una inflamación de la médula o un virus, lo dicho al principio… y creo que volví a dormir de nuevo por las noches. Pol formó parte activa de todo ello claro, y también se alegro mucho cuando Andrea estaba sana y salva. Bicho malo nunca muere, le digo siempre. Y espero que no lo haga nunca.

Pero, como bien digo los problemas nunca vienen solos y…

-¿Qué pasó, Pol?

-Tengo una noticia.

-¡Uy! Suena prometedora.

-Tenemos chica nueva en la oficina.- mierda, mierda, mierda y más mierda.

-¿Ah si?

-Sí, y creo que esta es diferente a las demás… Me gusta mucho, Clàudia. 


Trillooooooones de mierda. ¿Y ahora, qué?

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