lunes, 9 de febrero de 2015

Clàudia está viviendo, Capítulos 2 y 3.

Pues es que me iba a Madrid. Sin remordimientos. Y no sé si es porque por fin, después de decirlo año si y año también finalmente Valeria y yo nos íbamos de verdad, billete y hotel confirmados, o que, pero me sentía eufórica. Y la maleta fué...  

-Valeria nena, ¿qué me llevo? Estoy desesperada, delante del armario y sin saber que hacer....- Todo sea dicho aquí la amiga me había metido el pánico escénico en el cuerpo acerca de la noche madrileña, yo que soy Miss Tejanos con Tacones, estaba entre el vestido del bautizo de mi sobrino o el de la boda primaveral de mi tía. No os digo más.-Voy a beberme una birra gor, a ver si me inspiro...


-Cojo vino y voy a tu casa, ¿si? En nada salgo del trabajo.



Y yo, ¿qué he hecho para merecerme amigas así? He debido de erradicar el hambre mundial en la otra vida, mínimo.Así que Valeria llegó y yo estaba sumergida en la pedicura, ya que no tenía inspiración en la maleta decidí probar suerte con los esmaltes y ¿sabéis qué? Que tampoco me decidía con el maldito color. Porque claro, ¿que ropa iba a meter en la maleta? Ser mujer no es fácil, os lo aseguro.

-Rojo anaranjado nena.- Ella y su color por defecto, el día que la vea con otro color monto una fiesta. Lo juro. 

-¡No! Si algo tengo claro es que me llevo mis tacones rosa chicle y eso con rojo, no pega ni con cola. 

-¡Ay por favorrr! ¿Los fucsias?- Mi niña es que es muy monocromática.

-Sí, no hay discusión.- joder, para algo que tenía decidido... 

Así que gano un verde muy oscuro, que con doble capa es casi negro, y ya puestas le pinte a ella también sus uñas con su rojo anaranjado, que nosotras somos muy del rincón de la señorita Pepis. Y entre copa y copa, oliva a oliva decidimos más o menos que poner en mi maleta, para mi alivio, nada de comunión... 
Así que para las doce cuando cerré la maleta, suspiré. 

Y llegamos a Madrid. Y sin remordimientos, a un hotel de puta madre, a hacer la croqueta borrachas por las calles de la capital de la Madre Patria. Nada más llegar nos quisimos morir en el metro. Por dios, el de Barcelona es el país multicolor de los metros, lo de Madrid es Mordor. Resulta que teníamos que pillar dos metros y andar un buen rato hasta llegar al hotel. Pero lo teníamos muy cerca del ocio nocturno. Aunque el problema no era ese, eso solo era para añadir más drama al tema. Valeria es claustrofóbica, nada de ascensores, metros lo justito, y… en fin, lo que viene siendo una claustrofóbica, hipocondríaca, con calor, cargada con las maletas a las cinco de la tarde un Viernes, en Madrid. Ese era el puto problema. Y como no…



-Nena, vamos al primer vagón, que si pasa algo es más seguro y nos sacan antes.

-Claro, lógica aplastante. ¿Qué pasa si es un choque frontal?-tenía unas ganas  locas de meterme con ella.

-No me digas eso…

-¡Relájate, gor! Es que lo de los vagones… me lo has puesto a huevo. Que no te guste estar encerrada bien, pero vamos, ¿dará igual el vagón? ¡No tiene sentido!- y no podía parar de reírme a carcajada limpia.

-Lo que digas, venga va, vamos, que ya viene.

Y nos metimos en el metro, sobrevivimos a él y llegamos al hotel. Una súper cucada de estas modernas en blanco, rojo y negro de la que yo atraqué el mini bar y me hice un sin-pa en toda regla al salir, porque sí. Que yo soy de aire muy rebelde y macarra. Así que salimos a explorar la capi, y quedamos con unos amigos de Valeria por la noche y Mireia.

Mireia es una amiga mía que conocí hará unos cinco o seis años por mis amigos en Barcelona. Vivía con uno de ellos, y la verdad que enseguida hicimos muy buenas migas. Es una tía estupenda, con un morbo que no se lo aguanta ni ella, es la típica chica que te atrapa. Interesante como pocas y con ganas de hacer cosas casi siempre. Hacía meses que se fue a la capi, por aquello de un cambio de aires y estaba más guapa que nunca la guarra. Pero yo me la quiero mucho y por eso la incluí sin pensar en mis planes madrileños. Tenía horrorosas ganas de salir con ella y verla.

Se conocieron y se encantaron, como era de esperar y ligaron. Ellas ligaron y yo no. Y me deprimí a mi manera; me fui a la habitación a dormir la taja tonta que pillé esa noche, porque antes de deprimirme me reí muchísimo, bebí muchísimo, bailé muchísimo y me lo pasé de puta madre, la verdad. A la mañana siguiente llego Valeria, encantada de la vida la muy cabrona.

-¿Tía te cabreaste porque ligamos y tu no?- decía mientras se desplomaba en la cama, teléfono en mano.No pude evitar reírme mientras me metía en la ducha.

-¿Tanto se notó?

-JAJAJAJAJAJAJA, bastante gor.

-Cuéntame los planes, anda.

-Nos vamos con Aida y Mireia. Tú quedaste con Aida a la una en Serrano, ¿no? Pues yo sobre la una y media con Mireia en… bueno, que nos vamos al Mercado de San Miguel y vamos con Aida, no creo que nos perdamos.

-Muy bien pues, dúchate, cochina. Hueles a sexo.

-Cuando acabes tú, envidiosa.

-Como me conoces, golfa...

Salí de la ducha, puse la radio. Valeria me iba explicando que tal les había ido la noche, que teníamos planes ya para la tarde con no sé quien, que luego no se cuantos, que luego bla, bla, bla.... Ir con Valeria es lo bueno que tiene, yo conozco a mucha gente, pero ella más, la conoce todo Cristo. Y es una guía del ocio. Esta mujer debería montar su agencia de eventos y cosas así, vale para ello.



-Hola Pol.- Me desparramé en la cama en vaqueros y sujetador a medio vestir.-Val, calla que estoy al teléfono.

-UUUUUUUUUH, EL SEÑOR DON AMIGOOOOO.- hubiera ahogado a Valeria, os lo prometo. 

-¿Te pillo mal?

-Para nada, hemos quedado a la una, pero vamos a llegar tarde todas. Y Valeria acaba de meterse en la ducha, así que tengo tiempo, yo estoy a medias ya.

-¿A medias?

-No seas idiota, a medias de vestir, no voy a hablar contigo desnuda.

-Va bien saberlo.- risa nerviosa- Nada, que hemos mal-dormido allí en la casa-fiesta, hemos desayunado y me voy ahora a casa…Nos quedamos dormidos en unos sofás, y...- Suspiro, aclaración de garganta y…- ¡Tendrías que estar aquí, nena!- parada cardíaca- Se te ha echado en falta, hubiera estado bien.- entrando en coma.

-Ehhm.. si, ya, pero la verdad que este viaje no está resultando nada mal, al final será de fiesta y amigas. El paraíso de una mil-eurista, salir de fiesta a cien euros de ave.- cambio de tema, ya. No se flirtea. No.

-Lo que tú digas...
.
-¡No me hagas sentir mal, idiota!

-Me voy a dormir anda, que estoy roto.

-Anda, sueña con los angelitos…

-¡Pero que estén en pelotas y sean rubias!

-¡Oh…joder!



Y así me quedaba yo después de muchas conversaciones. Supongo que me dijera que se me había echado de menos, así tirado en medio de una frase no es lo mismo que un te echo de menos claro y preciso. O que eso tampoco implica que quisiera que yo estuviera allí o le hiciera ilusión, ¿no? De todas formas no iba a preguntárselo, ni muerta. Pero es que ese nena... Dios, esa palabra es matadora para mí, en todos los aspectos y sentidos del cuerpo humano. Pero nuestra relación era de colegueo, amistad.  Así como tenía algo mínimo de unicornio, volvía mi amigo, el que nunca jamás sentiría nada por mí. Suspiré.

Pero estaba en Madrid, y yo no soy persona de restregarme en la mierda, y además que era mi amigo. No le veía el problema, eran las petardas de mis amigas que estaban muy pesaditas con el tema y querían que me enamorara, bueno que lo admitiera. Mierda, ahora me toca la charla con Aida… y también va a congeniar con ellas, y serán tres contra una… Salimos arregladitas y monísimas de la muerte Serrano abajo hacia la parada del metro. Allí me encontraba de nuevo con Aida. Mi amiga escritora. La conocí a través de su obra, yo era uno de sus personajes femeninos. Enseguida contacté con ella vía Twitter y bueno, supongo que las trastornadas como nosotras se juntan por si solas, y en el fondo saben que siempre se tienen la una a la otra. Esa es Aida para mí. Una morenaza tremenda madre, mujer y una niña como Valeria, vamos, una joyita.

Una vuelta por el centro, unas fotos con las banderas del Atleti como buenas indias, unos mojitos, una comida muy chic en una terraza preciosa y… llegaron las copas....

-Bueno, cuéntame, ¿qué tal ayer?- Rompí el hielo con Mireia, básicamente por no aguantar de nuevo el mismo tormento.
.
-Pues nada nena se vino a casa y nos revolcamos. Pim pam pum fuera.  Bastante flojo.

-Eso te pasa por golfa.

-Envidiosa… Bueno nena, cuéntame quien es él.

-Mire, no hay ningún él. ¿De dónde te sacas estas cosas?

-¿Cómo que no? Ese tal Pol, ¿quién es?- se giró a la camarera y Aida se rió- Dos cervezas, un GinTonic y un Mojito de  fresa. Gracias.- se volvió hacia nosotras- No me mires así, te tengo en las redes sociales, y últimamente aparece mucho.

-Somos amigos Mireia, en serio. No tenemos absolutamente nada, hablamos por teléfono y poca cosa más.

-¿Mucho?

-Casi cada día- contestó Aida, a la que fulminé con la mirada.

-¿Sobre?- Mireia sonrióde manera pilla...

-¡Ay coño, yo que sé! De todo en general, del curro, de cómo le va, de su día a día, de sus relaciones, de las mías… No va por donde tu crees..

-Vamos una especie de teléfono de la esperanza.- Y Aida se animó a las puntillitas. ¿Veis? Acoso y derribo.

-JAJAJAJAJA, no seáis capullas, joder. De verdad que somos amigos, vamos es que ni me he planteado…

-¡Oh gracias, hijas de la gran puta!- nunca me acostumbraré a oír a Valeria soltar tacos. Es extraño.

-Si Valeria, nosotras te amamos más.- Mireia acercó el taburete que teníamos al lado de la barra y se lo acercó para que se sentara.

-¿No habéis visto que no quería estar con él? Os podríais haber levantado alguna en plan, oye ven que es importante. - le dio el trago más largo a la cerveza que la he visto dar en su vida.

-Estábamos hablando de Pol. Ese aaaamigo- Mireia hizo el gesto de las comillas con las manos.- de la niña.

-Pero nena, que es mi amigo. En serio, que no hay nada más.- mi voz era quejicosa ya, de niña pequeña. ¿De qué coño estábamos hablando tanto?

-No lo intentes, lleva así desde que lo conoció. ¿Hace cuanto ya, gor?

-Pues no sé, hará… ¿tres meses?

-Más o menos.- contestó Aida.

-¿A este ritmo de conversación?- Mireia miro a sus dos fiscales que asintieron a la vez. De verdad que me estaba sintiendo intervenida continuamente. Pol aquí, Pol allá y entre medias Pol el de verdad llamando. Yo vivía los Pol-y-Días.

-¿Podríais por favor, dejar de hablar como si no estuviera aquí? Me siento en un tribunal. ¿Qué os pasa?

-Pero, ¿estas cosas porque no me las cuentaaaaas?- Mireia hizo un gesto a la camarera, pidiéndole otra ronda de lo mismo.

-Vamos a ver, y dejamos el tema, ¿vale? Pol es un amigo, un amigo. Sólo que en poco tiempo se ha convertido en algo especial, como amigo. Me refiero, a mi esto no me había pasado en la vida, conocer a alguien por internet y seguir hablando con el tanto aun habiendo pasado el tiempo y no habernos visto. Fin de la cuestión.

-Un momento- Mireia aprovechó la cercanía de la camarera.- ¿Podrías por favor traernos tres chupitos? Menos de tequila y whisky, trae lo que quieras, pero fuerte. Gracias, reina.- y me miró de nuevo.- Vamos a ver, querida mía, ¿no os habéis visto aún?.- resoplé y puse los ojos en blanco.

-Oye, en serio, ya basta.- brindamos y nos tragamos los chupitos.- Os digo lo mismo que a las demás. ¿Qué me gusta? Pues claro que sí, está buenísimo, pero es que lo veo como un amigo. Ni quiero ni puedo verlo como nada más. Por Dios, cada vez que me enseña a una de sus chicas, me dan ganas de tirármelas a mí de lo buenas que están. Colgarme de él sería mi fin. Esta fuera de mi liga.

-Vale gor, eso es lo más gilipollas que has dicho nunca. ¿Fuera de su liga? Venga ya, tú eres superior.

-Es cojonudo, vamos. Encima es que le cuenta los ligues.-Aida eso lo llevaba y lleva fatal. Porque es de la opinión que Pol sabe que yo estoy pillada y que juega con ello.

-Me estáis tocando los huevos entre todas, en serio.- Hundí la cara entre mis manos.

-Es que no nos creemos esta fachada de tía dura que te has sacado de la manga. ¿Dónde está la Clàudia que se monta el castillo el primer día?

-Pues quizás está hasta el mismísimo de que se le derrumben encima, de ni siquiera poder entrar en ellos. ¿Tanto os cuesta asumir que quiero tomarme las cosas con calma?-Trago de gintonic para la niña, de los grandes.- Para una vez que os hago caso… de verdad, me vais a volver loca.

-Solo queremos que estés bien, gor....- Valeria me estrujo contra ella.

-Os estoy haciendo caso en frenar mis subidones de unicornio feliz, y ahora parece que lo hago mal. Estáis todas igual, en serio. Sois insoportables.- táctica de emergencia, hacer pucheros.

-Bueno va, dejemos al amor on-line. Os tengo que contar que se cuece por mis noches madrileñas, que no es poco.- chocamos nuestras bebidas.- Chin, chin, amigas. 

2 comentarios:

  1. COJONUDA. Asi, sin filtros, sin medias tintas. Vivan las tajas tonta de una noche boba. Jajajajajajaja. Muakssssssssssss preciosa

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    1. Noche boba y sin polvo. Jajajajajajajajajajaja que triste es lo mío.....

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